Es con la intención de dejar unas palabras para estas festividades por la que me tomo este tiempito en escribirlas.
Un 2023 que va cerrando o, — parafraseando — un 2024 que comienza a abrirse camino… caminos que buscan ser encontrados; caminos que algunos iniciarán con nuevas actividades, nuevos desafíos, deseos; caminos que otros continuarán con aquello que entendieron deben concretar: la familia, un trabajo, una carrera, un emprendimiento, un proyecto, una idea.
Caminos que, en definitiva, existen tantos como personas. Los hay bifurcados, sinuosos, rectos; también simples, complejos, con mucho, con poquito, largos, breves, monocromáticos y coloridos.
Solo deseo que aquellos que ya conozco, aquellos que se están dando a conocer y aquellos que aún no conozco logren eso que les da vueltas la cabeza y sienten, verdaderamente, en su corazón y alma.
Permítanse dejar huella en sus afectos. Ser recordado por cómo se es mientras quienes queremos entran y pasan por nuestra vida — antes de su salida — creo que es de lo más valioso y… quizá sea así como uno pasa a la eternidad ¿no?
Recuerden que la vida es breve y nosotros somos un ratito.
¡Felices fiestas!
Marce
